EN EL MURO
Me hice a la idea que estaba lejos, en algún lugar donde no podía escuchar tu nombre, me creí que podía estar bien sin saber que es lo que ocurría en mi vida que atrás había dejado.
Me senté mas de un momento y respire profundo, lo mas que pude, casi sentía mi pecho reventar, si vieras cuan viva me sentí, cuan libre sin llevar mas tu nombre resonando en mi cabeza.
Me fui a visitar las tierras de oriente, llegue hasta el muro de los lamentos y vi que mas que yo, alguien mas sufría de un dolor eterno que no comparaba con el mió, así que di media vuelta emprendiendo camino hacia lo que había dejado.
Me planteé encarar las cosas y de frente decir todo aquello por lo cual me fui antes, me puse en plan de guerra a defender lo que quería y conjurar lo que me dolía estando a tu lado, sintiendo que de igual forma yo te hacia daño con mi manera de ser.
Me dispuse a olvidar viejas rencillas y comenzar de nuevo, dejar de lado todo rencor y mala actitud, lo conseguí, pero ya era tarde para nosotros, teníamos demasiadas dudas, las cuales con mi lejanía se agravaron y un regreso no era lo que prometía esta tirada de cartas en la que nos preguntábamos si el destino era seguir juntos o mejor dejarnos ir.
Me retire con ganas de que el silencio me hiciera presa, talvez lo consiguió en alguna medida, por que después no pronuncie nada mas, ni si quiera tu nombre, sin embargo me aferre a una vieja pluma en compañía de un trozo de papel, que bien me sirvieron para hablar, reír, llorar y soñar todo aquello que mi voz se negaba a decir ya.
No ha salido el sol, así que estaré aquí en este muro, hasta que el sol salga e inunde con su radiante luz, no me iré hasta que el aire me de un beso de hadas y sonría esperando que este sea aun un mejor día.
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